Pan, amor y fantasía fue un gran éxito del cine italiano a escala mundial y lanzó al estrellato a Gina Lollobrígida. Explotaba las cándidas esencias raciales de la Italia rural de entonces, los años cincuenta, contrapuestas a las intrigas que las gentes de la ciudad despliegan para conseguir según qué fines. Aquí un Jefe de carabineros enamorado de una rebelde y ruda campesina, la Gina (como se la llamó desde entonces), y sus subterfugios –divertidísimos, claro-, para llevarse al huerto, nunca mejor dicho, a la explosiva campesina de temperamento rebelde.
Fue tal el éxito de la película, que tuvo una continuación explotando los mismos recursos, que se llamó Pan, amor y celos. Y como el filón todavía podía dar más de sí, sobre todo en España donde las dos películas habían sido una sensación, pues se ideó seguir con el rollo en nuestro país. La temperamental y racial paisana no podía ser en España otra que Carmen Sevilla. De todos modos, el filón ya debería estar agotado pues no tuvo, ni de lejos, la repercusión popular de las dos películas italianas.
También pongo dos carteles distintos de los panes y amores españoles (andaluces), por ser muy ilustrativos. Como podemos advertir, al ser una coproducción, los carteles difieren no sólo en el diseño, que resaltan sutilmente características propias del país a que se dedica su exhibición, si no que, y esto es lo importante, en el español, se resaltan los nombres de los actores españoles, y en el italiano, el de los actores italianos. A mi, personalmente, me gusta más el cartel español.
Pero aun no había acabado el filón de los panes y de los amores. Todavía quedaba que Sofía Loren luciera con cuatro trapos encima viéndose acosada (elegante y divertidamente, eso sí) por el viejo verde de Vittorio de Sica. Pues nada: ésta vez ponemos en el título la frase célebre de "pan, amor y", le añadimos puntos suspensivos y que cada espectador le ponga la coletilla que prefiera. Mi título personal para la peli de la Loren sería: Pan amor y... pechugona.
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