Carteles de una mítica película de los 50, Picnic, que se basa en una obra teatral de William Inge, un autor “osado” para la época en cuestiones erótico/sexuales, muy crítico con la sociedad americana del momento. A un pequeño pueblo de la América Profunda llega un trotamundos que se detiene allí para visitar a un viejo amigo.
Su estancia levantará todas las pasiones y todas las represiones contenidas y aletargadas aflorarán en una comunidad dominada por un fuerte puritanismo.
William Holden es ese apetecible demonio que hará morder la manzana de la tentación a más de un habitante, provocando en la mayoría (principalmente en las mujeres), una revolución de sensaciones y sentimientos que han mantenido falsamente a raya a base de un fuerte puritanismo y autorrepresión.
Una tarde de picnic, esa especie de ángel caído que parece haber llegado al pueblo a desatar todas las tentaciones, consigue por fin que Migde, una muchacha del pueblo, hermosa y domesticada para ser elegida por su poderoso amigo que es el cacique del lugar, se rebele ante todos sus vecinos y sucumba a poderío sexual del forastero.
Los protagonistas de Picnic nunca estuvieron más atractivos ni desprendieron más erotismo. El baile que vemos en el video entre William Holden y Kim Novak es suficientemente revelador al respecto. Estas secuencias han pasado a los anales de la historia del cine. Ah, dirigía Joshua Logan.