martes, 27 de julio de 2010

La dolce vita


Dulce decadencia

En 1960 Fellini escandalizó a medio mundo y admiró al otro medio. Su película La dolce Vita causó una gran conmoción en el festival de Cannes, donde se alzó con la Palma de Oro.


La Iglesia puso el grito en el cielo (dónde, si no) y la calificó de obscena. Muchos países se negaron a estrenarla y, por supuesto, en España estuvo prohibidísima, no ya durante la dictadura, sino que esa prohibición duró hasta 1980, año en que se estrenó en nuestro país. Habían pasado cinco largos años desde la muerte del dictador.

Vamos a poner aquí carteles de España, Italia y Francia y vamos a ver un montaje realizado con una de tantas y tantas secuencias memorables. La música no es la original, pero creo que está muy bien puesta y respeta la duración de la secuencia. Hay algún inserto del personaje de la Sagharina, que pertenece a 8 y 1/2.



Desde luego, la secuencia es un verdadero hallazgo reflejando la decadencia de una sociedad absolutamente idiotizada que se pavonea exhibiendo su decadencia. Abajo Anitona en todo su esplendor.

sábado, 10 de julio de 2010

El coleccionista


Sólo mía

El coleccionista fue toda una sensación en el cine de mediados de los sesenta. William Wyler sorprendía y asombraba público y crítica con una película que rompía con todos los postulados de su anterior cine.
Cuando ya era directamente tachado de anquilosado y de mantenerse a base de repetir los códigos de un cine ampuloso, afectado y de acartonada espectacularidad, todo anticuado y “pasada de moda”, irrumpe en el Festival de Cannes con El coleccionista.


Demostró que podía hacer un cine “moderno” y que era capaza de codearse con los mejores cultivadores del llamado “free cinema”. A Tony Richardson, Carel Reisz o John Schlesinger, les salía un competidor inesperado en donde menos se podían imaginar.


Basada en una obra teatral de John Bowles, El coleccionista fue un gran éxito. Las película ha sido imitada y fuente de inspiración para muchos cineastas, entre los que voy a citar a Pedro Almodóvar, cuya película Átame es un clarísimo homenaje a esta obra maestra que uno no se cansa de visionar una y otra vez. Pongo los carteles español, americano y polaco, este último realmente original basado en el pop art, estilo que hacía furor en esos años.


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