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Carteles de Colinas Ardientes (español, americano e italiano), un western de los años cincuenta que es recordado más que nada por la explosiva pareja que lo interpretó: Tab Hunter y Natalie Wood, ambos muy jóvenes, que irradiaron una química más allá de la meramente interpretativa. He empleado la palabra explosiva, pero quizás había que emplear erótica. Un erotismo candoroso, juvenil y romántico, eso sí. Los dos aparecieron aquí en la plenitud de sus atractivos físicos.
Otro de los atractivos de Colinas ardientes fue el fantástico uso del paisaje: praderas abiertas, montañas lejanas e infinitas… retratadas en un estridente colorido y un espectacular cinemascope. La pareja de protagonistas y la utilización de estos recursos fueron los artífices de que Colinas ardientes conociera un importante éxito de público.
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Natalie Wood siempre me ha encantado. Es esa chica que despierta ese espíritu protector que mezclado con su aparente y deliberadamente falsa ingenuidad crea en ella un cóctel explosivo. Aquí está preciosa y también me gustó mucho en "La pícara soltera".
ResponderEliminarHola, dana. Perdona que no había visto tu comentario. Me pasa igual: Natalie Wood es una de mis debilidades. Todas sus interpretaciones, hasta West Side Stoty más o menos, son de chicas necesitadas de protección que despiertan una atracción entre sexual y paternal en el espectador masculino. La mejeor, a mi entender, es la de Esplendor en la yerba. Creo que precisamente en La pícara soltera ya empieza otro registro. Iba creciendo (o sumando años) y el cambio era obligado.
ResponderEliminarSaludos.